Cronopatía, la obsesión por aprovechar el tiempo
"El arte del descanso es una parte del arte de trabajar" - John Steinbeck
Hace una semana terminé el libro “Cómo hacer que te pasen cosas buenas”, de Marian Rojas Estapé, y a pesar de que no me causó una gran impresión, encontré algunas ideas y reflexiones que creo que son importantes. Una de ellas era la “Cronopatía” o la obsesión por aprovechar el tiempo.
Como en esta newsletter intento proporcionarte siempre herramientas o ideas que pueden ayudarte a mejorar tu día a día, hoy te hablaré de este tema y algunas soluciones que se proponen en el libro (y en general) para eliminar este sentimiento y conectar más con el presente.
¡Empecemos!
¿Qué es la cronopatía?
La cronopatía es una condición que se caracteriza por una obsesión malsana por aprovechar el tiempo. Esto significa priorizar hacer cosas por encima del estado físico y mental en el que nos encontramos.
Las personas que sufren de esta condición se caracterizan por:
Vivir en un estado de prisa constante.
No conseguir parar a descansar a pesar de sentirse agotadas.
Sentir que su tiempo libre debe estar ocupado siendo productivas o piensan que son perezosas.
Tener poca paciencia, ya que necesitan obtener resultados de forma inmediata.
Eventualmente, este ritmo de vida provoca un estrés que puede ser gravemente perjudicial para nuestra salud.
La rapidez, que es una virtud, engendra un vicio, que es la prisa - Gregorio Marañon
En mi humilde opinión, la cronopatía es el resultado de una sociedad que siempre busca exprimir al máximo cada instante.
Las redes sociales no ayudan a reducir esta sensación. Constantemente somos bombardeados con imágenes de personas viajando, yendo al gimnasio, obteniendo cuerpos esculturales, hablando de cuánto dinero ganan…
Todo esto produce una sensación de que no estamos haciendo lo suficiente para mejorar nuestra vida, y entonces tenemos que correr y ponernos al mismo ritmo que los demás para llegar a esa meta (ganar más dinero, viajar más, etc.), que muy probablemente no coincida con nuestro objetivo de vida.
A su vez, la inmediatez con la que podemos obtener cualquier cosa tampoco ayuda. La comodidad absoluta nos causa insatisfacción. Puedes comprar un móvil desde tu sofá, pero si Amazon dice que tu paquete llegará hoy antes de las diez de la noche, te recorre un escalofrío por la espalda.
¿Cuándo es antes de las diez de la noche?
¿Podré ir al gimnasio?
¿Podré ir a comprar?
¿Y si tengo que cancelar este plan porque no llega mi paquete?
Mierda, tiene que llegar ya o si no cancelaré todo esto.
Cómo combatir la cronopatía
Quiero destacar que no soy psicólogo y que, como siempre digo, si crees que algo no va bien, busca ayuda. No hay nada de malo en ello y es posible que tu vida cambie por completo al empezar a ir a terapia.
Dicho esto, aquí te dejo algunas sugerencias para combatir este fenómeno. Son un conjunto de herramientas que me proporcionaron en su momento y algunas otras que he extraído del libro mencionado anteriormente:
Fluye, evita planificar todo: es normal intentar tener todo bajo control durante un tiempo determinado de nuestra vida. El problema surge cuando intentamos hacerlo en cada aspecto de nuestra vida de forma continua. Aprende a dejarte llevar más, a improvisar planes de última hora y a entender que no todo tiene que cuadrar en tu calendario y que, en más de una ocasión, tu planificación va a irse al garete.
Dicotomía de control: entiende qué está bajo tu control realmente y qué no. Evalúa realmente si tu rol en algo que te preocupa es determinante y, de no ser así, déjalo ir.
Frena: como menciona la autora en su libro, para observar y contemplar de verdad hace falta pararse. No se percibe la belleza de las cosas corriendo. Seguramente descubras cosas nuevas o aprendas a pensar de una forma distinta tras frenar y descansar. ¿No te ha pasado nunca que algo no te salía en el trabajo y al día siguiente, por arte de magia, en cinco minutos lo habías resuelto?
Aprende a estar solo/a: la gran mayoría del tiempo estamos rodeados de gente y estímulos. Apaga el móvil, reserva tiempo para ti y simplemente desconecta del resto para reconectar contigo. ¿Cuándo fue la última vez que paraste a simplemente no hacer nada?
Disfruta del viaje: los baches van a surgir en el camino. Son parte del proceso. Trabaja esa sensación de culpa porque no vayas a llegar a la hora a tu destino. Aprende a asimilar que equivocarse es humano y que los fallos van a surgir. Es más importante ser constante que perfecto.
Como persona que ha sufrido este fenómeno (y que desconocía por completo que tenía un nombre), puedo asegurarte que algunas de estas ideas me han ayudado a mejorar. La dicotomía de control ha ayudado mucho, pero creo que la que ha sido más útil para mí ha sido la de aprender a fluir.
Previamente, tenía que tener la newsletter preparada para el miércoles porque quería dejarla reposar por si no me gustaba o si no la veía lo suficientemente interesante. La realidad es que esta newsletter se está escribiendo horas antes de ser enviada y no pasa absolutamente nada.
Y tú, ¿te identificas con algo de lo que he mencionado aquí?
¿Crees que podrías reducir el ritmo de tu día a día y disfrutar más del presente?
Y hasta aquí la newsletter de esta semana. Habrás visto que se ha enviado un lunes en lugar de un domingo. Tranquila/o, a partir de ahora será así. Creo que puede causar mejores resultados. Veremos si es así.